
En un testimonio exclusivo, un joven que sobrevivió al rancho clandestino en Teuchitlán, Jalisco, relató las extremas torturas y las muertes a las que fueron sometidos cientos de jóvenes en manos del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Conocido como “la escuelita del terror”, el lugar funcionaba como centro de entrenamiento para los nuevos reclutas del cártel.
El joven relató cómo, junto con más de 200 personas, fue forzado a participar en peleas y actividades violentas, donde los que no resistían eran asesinados sin piedad.
“Nos hacían pelear entre nosotros, y si alguien se quejaba o no aguantaba, lo mataban”, dijo el joven sobreviviente. El rancho fue utilizado para entrenar a los reclutados, quienes después de pasar por este proceso eran enviados a zonas de conflicto como Zacatecas y Michoacán.
El entrenamiento brutal consistía en tres fases, siendo la primera la más infernal. Los reclutados vivían en condiciones infrahumanas, enfrentándose a abusos físicos y psicológicos por parte de los instructores. Solo aquellos que sobrevivían a las etapas eran considerados aptos para ser sicarios en el campo de batalla.
El testimonio fue compartido por Indira Navarro, líder del colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco, quien informó sobre las investigaciones del hallazgo del crematorio clandestino, donde se encontraron restos humanos y otros objetos que corroboran las atroces prácticas que se llevaban a cabo en el rancho.
El relato también reveló que algunos de los jóvenes, después de “graduarse”, eran enviados a entrenamientos más avanzados con exmilitares colombianos y soldados guatemaltecos, convirtiéndose en combatientes del CJNG en un entorno de guerra constante.
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