El 25 de octubre, el periodista Miguel Ángel Beltrán fue encontrado sin vida en Durango, un caso que pone en evidencia los riesgos para los periodistas en la lucha contra el narcotráfico.

El 25 de octubre, en una triste y lamentable noticia, el periodista independiente Miguel Ángel Beltrán fue encontrado sin vida en la carretera que conecta Durango con Mazatlán, Sinaloa. Su cuerpo fue hallado junto a un mensaje de los responsables, los cuales lo dejaron como advertencia. Según las autoridades, el crimen se atribuye a los Cabreras Sarabia, líderes del Cartel de los Cabreras, quienes presuntamente dieron la orden de su ejecución.

   

El crimen de Beltrán resalta una de las realidades más oscuras del periodismo en México, especialmente en zonas controladas por el crimen organizado. El periodista había estado denunciando las actividades de los grupos narcotraficantes en Durango, un estado donde la violencia ha escalado en los últimos años. Los Cabreras Sarabia están asociados con el Cartel de Sinaloa, y Beltrán fue una de las voces que más les incomodaba.

La noticia del asesinato de Beltrán ha dejado consternada a la comunidad periodística y a la sociedad en general, quienes exigen justicia. Aunque las autoridades han comenzado con las investigaciones, la violencia en la región continúa, y muchos periodistas se sienten inseguros al realizar su labor de informar.

Este caso subraya la grave situación que enfrentan los periodistas en México, donde la libertad de expresión se ve amenazada por los carteles de la droga y las organizaciones criminales. Se estima que más de 100 periodistas han sido asesinados en el país en los últimos años, muchos de ellos relacionados con su labor informativa.

El asesinato de Miguel Ángel Beltrán no es un hecho aislado, sino parte de una serie de crímenes que tienen como objetivo silenciar a aquellos que buscan la verdad.