La noticia de la captura de "El Mayito Flaco", hijo de "El Mayo" Zambada, ha generado revuelo, pero la realidad es muy diferente: ¿un intento de distraer de la crisis interna dentro del Cártel de Sinaloa?

Durango, México. Recientemente, circuló en redes sociales y portales de noticias la noticia de que Ismael Zambada Sicairos, conocido como "El Mayito Flaco", hijo del capo Ismael "El Mayo" Zambada, había sido detenido en un operativo militar de gran escala en el estado de Durango. Sin embargo, la realidad no solo desmiente el rumor, sino que revela las tensiones internas dentro del Cártel de Sinaloa.

Contrario a lo que muchos pensaron, no hubo helicópteros ni convoyes del ejército en la zona, ni mucho menos enfrentamientos o arrestos. Todo parece haber sido un intento por crear una cortina de humo que ocultara la creciente crisis interna de la facción conocida como "Los Chapitos", liderada por los hijos de Joaquín "El Chapo" Guzmán.

José Luis Montenegro, periodista especializado en narcotráfico, fue uno de los primeros en revelar la verdad detrás del supuesto operativo. Según sus fuentes, la falsa captura fue orquestada por Iván Archivaldo Guzmán Salazar, uno de los hijos de "El Chapo", quien habría pagado a varios medios y páginas web para difundir esta información con el objetivo de distraer a su gente de los problemas internos de su organización. "El Chapito", como se le conoce, habría tratado de ocultar la deserción de varios miembros importantes del grupo y las traiciones que se están dando en su propia facción.

El mayor objetivo de este engaño no era otro que mostrar fuerza, pero en lugar de eso, lo que dejó al descubierto fue una gran debilidad. Las filtraciones sobre la supuesta captura de "El Mayito Flaco" no solo intentaban controlar la narrativa, sino que también reflejaron la preocupación de los líderes de "Los Chapitos" por perder el control de sus territorios frente a la vieja guardia del Cártel de Sinaloa, encabezada por "El Mayo".

En Durango, mientras tanto, no hubo balaceras ni decomisos. La situación sobre el terreno desmiente por completo los informes iniciales de un gran operativo. Lo único que se pudo comprobar es que el rumor fue un juego mediático más de los actores involucrados en la guerra por el control del cártel.

Este episodio deja claro que, en la actualidad, las batallas dentro de los carteles no solo se libran con armas y violencia, sino también a través de la manipulación de la información, utilizando noticias falsas como una nueva herramienta en la lucha por el poder.

Expertos consultados por este medio coinciden en que este tipo de maniobras mediáticas se están convirtiendo en una práctica cada vez más común dentro del narcotráfico. Según el analista en seguridad Juan Carlos Jiménez, "la guerra por la supremacía en el Cártel de Sinaloa está tomando un giro inesperado, donde las redes sociales y los medios de comunicación se han convertido en un campo de batalla tan importante como los propios enfrentamientos armados".

La manipulación de la opinión pública, mediante rumores y noticias falsas, es parte de una estrategia diseñada para mantener la lealtad de los seguidores y distraer de las tensiones internas que amenazan la estabilidad de la organización, señala Jiménez. A pesar de que no hubo hechos violentos en Durango, el impacto de la información errónea tuvo efectos importantes en la percepción pública.

La comunidad local también se mostró desconcertada por los rumores. Algunos habitantes de Durango, consultados por este medio, expresaron su sorpresa por la supuesta operación que, según ellos, nunca tuvo lugar. "Había mucha expectativa, pero nunca vimos nada", comentó un residente de la zona. Otros, más cautelosos, indicaron que los rumores sobre el Cártel de Sinaloa suelen ser parte de una estrategia mediática para mantener la calma o crear distracciones en momentos de crisis.