Una destacada operación de control marítimo y de seguridad fue llevada a cabo por la Armada del Ecuador en la provincia de Galápagos, Ecuador, un archipiélago de gran valor ecológico en el Océano Pacífico. Los esfuerzos de vigilancia, esenciales para la protección de la reserva marina, se concentraron al noreste de la isla Isabela, donde se logró la aprehensión de una embarcación de nombre Yshirus y sus siete tripulantes.
La intervención se desató tras la detección de varias irregularidades por parte del personal de la lancha guardacostas, que opera con el fin de fortalecer la presencia estatal en el área. Con apoyo de labores de inteligencia, los uniformados realizaron un "desembarco mojado" en una zona rocosa de la costa de Isabela. Posteriormente, y a unos 300 metros de la playa, se descubrió una caleta oculta.
En el escondite improvisado, las Fuerzas Armadas reportaron el hallazgo de 64 bultos de diferentes tamaños, cuyo contenido se presume son sustancias sujetas a fiscalización, un término utilizado para referirse a estupefacientes que pueden estar ligados al narcotráfico. Un rastreo exhaustivo en los alrededores de la caleta no arrojó la presencia de más indicios.
El informe de la Armada detalló que la embarcación Yshirus no solo carecía del permiso de zarpe reglamentario, sino que tampoco contaba con un dispositivo de monitoreo satelital, una herramienta crucial para la navegación segura y el control de actividades. Además, ninguno de los siete tripulantes, entre ellos dos ciudadanos de nacionalidad colombiana, pudo demostrar su acreditación como gente de mar ni justificaron su presencia en una zona tan sensible. La ausencia de artes o productos de pesca a bordo reforzó las sospechas de actividades ilícitas.
La embarcación interceptada fue escoltada hacia el Canal de Itabaca, el punto de enlace entre las islas Baltra y Santa Cruz, donde se coordinó con el ECU 911 y autoridades como la Policía de Migración y el Consejo de Gobierno de Galápagos para el proceso de verificación de documentos y la toma de decisiones legales. Esta acción subraya la constante labor de las autoridades ecuatorianas contra el crimen organizado transnacional.
Como parte de las acciones para mejorar la infraestructura de seguridad, se anunció la entrega formal de un nuevo buque guardacostas de 34 metros por parte de la embajada estadounidense en Quito a la Armada del Ecuador. Este navío está destinado a reforzar la seguridad marítima y las capacidades de defensa del país.
Este medio entrevistó a especialistas sobre el tema.
El Dr. Andrés Benítez, analista en seguridad regional, señaló que: "La presión constante de las Fuerzas Armadas en áreas como Galápagos es vital. Es una zona que, por su aislamiento y valor ecológico, es un objetivo atractivo para las redes de narcotráfico que buscan nuevas rutas". Añadió que la cooperación internacional, como la entrega de embarcaciones por parte de EE. UU., "es una inversión directa en la estabilidad regional y en la protección de un ecosistema único en el mundo".
Nuestro medio conversó con ciudadanos para conocer sus opiniones.
María Elena Cedeño, residente de Puerto Ayora, Santa Cruz, Galápagos, expresó su alivio: "Es bueno saber que la Armada está haciendo su trabajo. Vivimos del turismo y la pesca, y que haya gente con actividades ilegales tan cerca es preocupante. Necesitamos la paz y la seguridad para que nuestra economía no se afecte".
Juan Carlos Pineda, pescador artesanal, comentó: "Estos operativos nos dan un poco de tranquilidad. A veces nos cruzamos con embarcaciones sospechosas y eso es un riesgo para quienes trabajamos honestamente en el mar. Ojalá sigan llegando más barcos para que la vigilancia sea de 24 horas".
En resumen, los decomisos y detenciones de este operativo son:
- 1 embarcación aprehendida (Yshirus) - 7 detenidos (5 ecuatorianos y 2 colombianos) - 64 bultos con presunta sustancia sujeta a fiscalización - Falta de permiso de zarpe y dispositivo de monitoreo satelitalNoticias recientes de Estados Unidos, México, Colombia, Argentina, Latinoamérica y el mundo.